“El adiós a Néstor Kirchner”…Esta leyenda tan simple pero al mismo tiempo con tanto significado para todo el pueblo argentino no se despegó de las pantallas de los televisores durante más de 48 horas, tiempo que duró la cobertura periodística de un suceso histórico que sacudió a la Argentina en la mañana del miércoles pero que ocupó las portadas periodísticas por lo menos hasta el sábado. Todos los argentinos, y entre ellos los periodistas y los responsables de los diversos medios de comunicación, éramos concientes de que asistíamos en vivo y en directo a un capítulo de nuestra historia que merecía ser cubierto.
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| Tapa del Diario Página 12 - 28/10/10 |
El primer síntoma del tratamiento que los medios le dieron a esta noticia apareció en el momento mismo en que ésta se produjo. El miércoles 27 de noviembre no parecía tener demasiados atractivos más allá de la realización del Censo Nacional 2010, y por ello las primeras horas de la mañana transcurrían entre informes relacionados al tema y entrevistas a censistas, censados o responsables de la organización. Sin embargo, cuando cerca de las 10 en las diferentes redacciones comenzaron a recibir la noticia del fallecimiento del ex presidente, todos los que forman parte de esos medios vieron convulsionadas sus tareas y emprendieron una cobertura tan histórica de un hecho que sin lugar a dudas así lo ameritaba. En cuestión de segundos, las placas de colores anunciando la noticia dieron lugar a los primeros partes e informaciones recabadas desde el propio lugar del hecho, en El Calafate. Minutos más tardes, infografías, entrevistas especializadas y hasta informes sobre la presidencia de Kirchner y la de su esposa poblaron las pantallas de los canales de noticias, pero también lo hicieron con las señales abiertas. Ese mismo miércoles, la información dio paso a las novedades respecto del sepelio del ex mandatario, el lugar y la duración del mismo, como así también a los móviles que desde plaza de Mayo comenzaban a mostrar el homenaje del pueblo hacia Kirchner. Ya en la mañana del jueves, la noticia estaba en el comienzo del funeral oficial, encabezado por la propia presidenta, por funcionarios de relieve a nivel nacional e incluso por la visita de líderes latinoamericanos. Ahora los minutos transcurrían con imágenes y análisis de cada paso que daba Cristina, sus gestos, emociones, y la manera en que los argentinos despedían a su ex presidente. Hasta la tarde del viernes, cuando sus restos finalmente fueron trasladados a Santa Cruz y recibieron el entierro definitivo, el “Adiós a Néstor Kirchner no se fue de la pantalla, acompañó y generó amores y odios, tal y como ese mismo hombre supo hacer.
La cobertura de los canales
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| Kirchner de visita en el programa 678 en Enero del 2010. Fuente: www.television.com.ar | |
En tiempos donde los medios y los mensajes que estos emiten han prácticamente perdido cualquier intento de objetividad para posicionarse de manera definitiva en un lugar cercano u opuesto a este gobierno y su forma de conducir el país, estaba claro que la cobertura de la muerte de Néstor representaba una prueba, una cuestión a seguir de cerca para ver de qué forma se desenvolvían en un tema tan delicado. No caben dudas de que los canales que ha apoyado y hasta incluso creado la administración Kirchner (Canal 7 y Encuentro) fueron los más golpeados por la desaparición de su líder. Desde un primer momento, el enfoque de la información estuvo destinado a rescatar y elevar la figura de Néstor en el país y en el continente, al tiempo que aseguraban la continuidad de Cristina y resaltaban la expresión y el homenaje popular. En Encuentro, desde el mediodía del mismo miércoles fueron puestos al aire una serie de documentales sobre la vida y obra de Kirchner, su importancia y su destacada labor como político y como militante. En Canal 7, el ejemplo más claro estuvo (como era de esperarse) en el programa insignia del oficialismo, 678, quien armó un enorme panel con argentinos destacados en diversos rubros que usaron la palabra para recordar al ex mandatario. Yendo ahora a lo que fue la televisación del funeral, Canal 7 contó con la particularidad de ser la señal generadora de los contenidos que exhibían todos los canales privados, por lo cual ocupó un rol central a partir de las imágenes que emitía, de la disposición de las cámaras y del seguimiento que se hizo a los protagonistas más importantes. Desde ese lugar, el canal público supo construir un mensaje, destacando la fortaleza de la presidenta y el apoyo que brindaron todos y cada uno de los sectores del pueblo. Aún hoy, cuando han pasado más de 7 días de semejante noticia, tanto Canal 7 como Encuentro continúan dedicando una parte importante de su programación a la memoria de Kirchner, demostrando que son espacios donde intentarán que la figura del ex presidente y sobre todo la de su esposa, no caigan ni cedan.
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| Tapa del Diario Clarín - 28/10/10 |
Con respecto a lo sucedido con las señales opositoras (en este caso tomando como ejemplo a Canal 13 y América), en éstas sucedió un fenómeno que hace mucho tiempo no se registraba en la Televisión argentina. Después de años de peleas, de disputas, de críticas y de la más acérrima de las disputas, los encargados de Canal 13 y de América debieron “rendirse” ante el impacto del suceso y no tuvieron más opción que dejar de lado su programación para realizar una cobertura acorde a las que llevaban a cabo los demás medios. Está claro que en los canales de televisión el negocio está por encima de la ideología y eso quedó demostrado nuevamente frente al fallecimiento de Kirchner. En mayor o menor medida, todos los periodistas de estas señales, otrora críticos de la gestión K, debieron tratar con sumo cuidado y respeto la muerte de Kirchner, al tiempo que tuvieron que reconocer y destacar la activa participación popular. Con respecto a las cámaras y las informaciones puestas en el aire, las mismas no difirieron demasiado de las implementadas por la señal oficial, más allá de que en estos casos hubo una sutil intención de minimizar las expresiones favorables para con el gobierno y hasta algunos se animaron a cuestionar la continuidad de este proyecto de la mano de Cristina Fernández. De todas maneras, insisto en que por un día, en realidad por dos o tres, las diferencias quedaron de lado para dar paso y cobertura a un hecho que resulta evidentemente histórico. Néstor Kirchner ha sabido desde su gestión y hasta nuestros días despertar los más encendidos amores y odios y es claro que eso no cambiará con su muerte. Lo positivo en este caso es que por lo menos ante su fallecimiento los medios se comportaron como tales, dejaron para otro momento las banderas políticas y se dedicaron a realizar una de sus tareas fundacionales: contarle al país lo que el país quiere saber.
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